Coge el paraguas que va a llover,
Sobre los tejados de nuestra inseguridad,
Los ejércitos del ajedrez dispuestos están,
A que empecemos la partida final.
Estírame del brazo y arrástrame,
Estira del chicle que no se puede romper,
Coge más ganas de lo habitual,
Saca tu energía y lléname de tu extraño poder.
Avísame cuando no me acuerde,
De decirte lo que una vez olvidé,
Recuérdame el significado,
De las palabras que nunca comprenderé.
Coge la guitarra y compón una buena melodía,
De esas que despiertan mis más íntimas pesadillas,
Suelta sin pensar por tu boca una tontería,
Da de repente la vuelta a la tortilla.
Envuélvete en mis sábanas todos los días,
Dobla al reloj sus dos manillas,
Busca los motivos consumidos,
Despiértame una vez más con tu sonrisa.
Cuéntame y explícate bien,
Que tengo toda la tarde para entender,
Rompe en pedazos tu vanidad,
Grita hasta enloquecer.
Cuenta hasta cincuenta castigado en la pared,
Obedece las órdenes que no te den,
Salta más alto que las nubes,
Y abre el paraguas que ha empezado a llover.