A través del marco de madera, tres bancos débilmente iluminados, árboles que se pierden en la oscuridad de la ladera y la sensación de frío que se apodera de ti mientras te arropas en la cama...
Vamos a salir al jardín,
Combatiremos contra la lluvia,
Lanzando puños sin fin,
De una forma discontinua.
Anochece lento y no estás por aquí,
Sin más canciones de cuna,
Que hablaban de un misil,
Alcanzando sin gravedad la luna.
Y al mirar por la ventana,
Las ramas se voltean,
Crujen las pestañas,
Contemplas el frío desde las afueras.
Y al mirar por la ventana,
Ya nada es como era,
Te vuelves a la cama,
Te das cuenta de que sigues entera.
Penúltima parada de este infinito abril,
No te salgas de la ruta diminuta,
Que ya no puedo estar frente a ti,
Para complicar más tus miles de dudas.
Por ahora y de momento esto es así,
Esta vez no te acompaña la fortuna,
Te cuesta más que de costumbre llegar a un sí,
Desierta, vacía, desnuda, te sientes en la tundra.
Y al mirar por la ventana,
Las ramas se voltean,
Crujen las pestañas,
Contemplas el frío desde las afueras.
Y al mirar por la ventana,
Ya nada es como era,
Te vuelves a la cama,
Te das cuenta de que sigues de una pieza.