No llegues nunca al extremo del precipicio, por mucho que te guste mirar hacia abajo y sentir el vértigo en tu respiración... no sea que cuando te quieras dar cuenta ya hayas dado un paso hacia adelante...
Autodestrucción más que merecida,
Te metiste hasta el fondo de la cocina,
No había manera de hacerlo fácil,
Enredabas por el mundo de la mentira.
Estirabas todo lo que podías la garantía,
Miércoles por la tarde, el centro de tu ira,
Levantaste la mano, pillaste un taxi,
Que te llevo a la enfermería.
Dijiste que no querías encontrarte en otra vida,
Conseguiste un polvo gratis,
Por mucho que buscaste no hubo salida,
Mientras la luz se desvanecía.
Te encargabas de la licorería,
Fumabas demasiada maría,
Nunca eran pocos los gin-tonics,
Eras tu propia cocaína.
Dijiste que no querías conocerte en otra vida,
Conseguiste un billete gratis,
Por mucho que buscaste no hubo salida,
Mientras la luz se desvanecía.